
Desde el día que aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y salvador, comenzamos a experimentar cambios positivos en nuestra conducta, gracias a su Santo Espíritu el cual nos va transformando.
Desde el día que aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y salvador, comenzamos a experimentar cambios positivos en nuestra conducta, gracias a su Santo Espíritu el cual nos va transformando.